lunes, 10 de octubre de 2016

Paquidermo 1

Suiza, años 50. Una mujer cuyo marido ha sufrido un accidente de automóvil se dirige al hospital en el que ha sido ingresado, pero un elefante caído sobre la calzada impide la circulación. La mujer abandona su coche y trata de llegar al hospital monte a través. Ya en el hospital, se encontrará con personajes tan insólitos como un grotesco espía que le habla de la guerra fría o un seductor cirujano mezclado en un extraño asunto de espionaje. La realidad se confunde con lo onírico en una espiral vertiginosa que cambiará radicalmente la vida de la protagonista. Con el clima paranoico de la Guerra Fría sobrevolando por las páginas, el artista nos introduce aquí en el particular universo de dos personajes, una mujer que busca a su marido en un extraño hospital y el peculiar (por no decir excéntrico) médico que ha operado a éste, y los hace girar en torno a una trama que va desvelándose como lo hacen los grandes relatos de suspense, poco a poco y sin que decaiga el ritmo. Pero esta no sería una obra de Peeters si en el interín no hubiera lugar para lo onírico y lo simbólico, aspectos ambos que se han dado la mano de forma continua en su trayectoria (en especial en ‘Lupus’) y que aquí quedan expuestos a través de alegorías de clara raiz freudiana (con el sexo y la culpa que de éste se deriva como principales actores) combinadas con otras como la muerte o la vejez.

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