Comès es un excelente dibujante que maneja como pocos el blanco y negro sobre el que ha sustentado toda su carrera, haciendo gala de un dibujo impresionista y perturbador que permanece en la retina del lector y optimizando al máximo los elementos compositivos sobre los que construye una historia con un ritmo narrativo más cercano al teatro guiñolesco de sombras que al cinematográfico. En definitiva, “La última partida” es un cómic soberbio, difícil y adulto al tiempo que pesimista y reflexivo no apto para aquellos que simplemente quieran disfrutar de una aguerrida historia de acción con la que pasar el rato. Nada de eso encontraréis en esta extraña y perturbadora historia de fantasmas. Ojalá veamos pronto nuevas obras publicadas de este gran autor.
La historieta surrealista, pretende acceder a la esencia última de la realidad adentrándose en los campos profundos del pensamiento y dejando a éste libre de toda sujeción racional. Esta nueva apreciación de la realidad lleva a un universo onírico; el del subconsciente, esto permite hablar de una "poética del sueño", capaz de producir obras inquietantes y extrañas, dominadas por la irracionalidad, por la no-lógica y por las técnicas de libre asociación.
lunes, 10 de octubre de 2016
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