Narra paralelamente la historia de un conde y su séquito viviendo en un repetido día perfecto y la historia de un soldado de permiso. Una Venecia lluviosa y nublada envuelta en sombras que contrastan con la luminosidad de la historia del conde o la luz irreal de los recuerdo del soldado. Vuelve Neil Gaiman al gusto de los lectores con esta obra; aprecia la similitud de esta narrativa gráfica con la novela corta del escritor alemán Thomas Mann en 1912, vive en la película la suma de todas tus emociones y la alegría de compartir; digamos no a la ignorancia, que no se apodere del país.
La historieta surrealista, pretende acceder a la esencia última de la realidad adentrándose en los campos profundos del pensamiento y dejando a éste libre de toda sujeción racional. Esta nueva apreciación de la realidad lleva a un universo onírico; el del subconsciente, esto permite hablar de una "poética del sueño", capaz de producir obras inquietantes y extrañas, dominadas por la irracionalidad, por la no-lógica y por las técnicas de libre asociación.
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